Se trata de una acción de protesta por el juicio que se celebrará la próxima semana contra los detenidos en 2006 en las sentadas por la vivienda digna | Metro declina pronunciarse sobre los carteles
Se asemejan tanto a los habituales que es difícil reparar en ellos. Sin embargo, a los carteles de fomento de la lectura en los vagones de metro les ha salido desde hace una semana un hermano gemelo reivindicativo.
El texto, Romance de l@s detenid@s por una vivienda digna, lo firma Simpiso de Quevida. Detrás del irónico autor se encuentran nueve personas, detenidas en mayo de 2006 en distintas protestas que reivindicaban entonces el derecho a una vivienda digna recogido en la Constitución Española. Los detenidos se sentarán la semana que viene en el banquillo de los juzgados de la calle de Julián Camarillo, bajo cargos de desorden público y altercados. La Fiscalía solicita penas de hasta seis años de cárcel.
Metro declinó ayer hacer comentarios respecto de los carteles. La ilustración que los acompaña también copia el estilo de los que se colocan oficialmente en el suburbano. Se aprecia un joven enfundado en una camiseta con la V de Vivienda que recibe la estocada de un alguacil, que representa a la Policía Nacional. Las protestas de 2006 fueron duramente reprimidas por las fuerzas del orden.
Los ‘proto indignados’
El Movimiento 15-M se asemeja mucho a aquellos que protestaron por la carestía de la vivienda en 2006. En el caso de estos proto indignados, el epicentro de sus protestas fue también la Puerta del Sol y a mediados del mes de mayo. Su reivindicación respondía también a la de un movimiento social, una vivienda digna a un justo precio.
El 15-M ha recogido el testigo de esta protesta con el estallido de la burbuja mobiliaria, el desempleo y las hipotecas impagadas que se convierten ahora en desahucios.
El Fiscal de Madrid carga contra el 15-M
El Movimiento 15-M acaparó los titulares de la Apertura del Año Judicial. El Fiscal Superior de la Comunidad, Manuel Moix, se refirió a la masiva ocupación ilegal de las vías públicas o a impedir la ejecución de resoluciones judiciales firmes como muestra de “su ignorancia sobre los valores que deben inspirar la convivencia democrática”.
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