Que Esperanza Aguirre envíe a los profesores una carta plagada de errores gramaticales para justificar los recortes en la escuela pública es irónico, pero anecdótico. Las erratas son las últimas que abandonan el barco y hasta una exministra de Educación y Cultura, como ella, puede equivocarse. Lo peor llega después, cuando el PP miente al acusar a los profesores y a los sindicatos de manipular esa carta para dejar mal a su infalible lideresa. Aguirre ha enviado 21.000 misivas y cada uno de los docentes madrileños ha recibido en su buzón la carta en cuestión con las erratas: la prueba que demuestra que es el PP quien miente. Ni siquiera esto detiene a una maquinaria propagandística que cualquier noche nos contará que es de día.
Al menos esta clase de propaganda sale gratis. Madrid es la autonomía que más gasta en publicidad institucional. Desde que empezó la crisis, desde 2008, ya ha dilapidado 620 millones de euros, una cifra que se gestiona de forma arbitraria y que explica por qué la lideresa sale tan guapa en la prensa de derechas. El autobombo de Aguirre costará este año 111 millones, cinco veces más de lo que gastará Catalunya (21,1 millones), o un 40% más de lo que ahorrará despidiendo a profesores de la escuela pública (80 millones).
No hay dinero, dice Aguirre, y por eso ha subido el billete sencillo de Metro un 50% (lo anunció el último viernes de julio por la noche), o hay que privatizar el Canal de Isabel II, la empresa pública del agua. Pero sí hay dinero para gastar 51 millones en cuatro años de campañas del Metro de Madrid, o 15 millones anuales en publicidad del Canal. Hay mucho despistado en esta ciudad, de ahí estas imprescindibles campañas publicitarias. Lo mismo alguien no sabe que Madrid tiene metro, o que si abres el grifo sale agua.
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Actualización 8:09.Tras el cierre de este artículo, el PP de Madrid avanzó aún más en sus mentiras e insinuó, a través de su cuenta de Twitter, que he sido yo el responsable de “corregir” la carta para añadir las erratas. El PP de Madrid no aporta prueba alguna para tan gravísima acusación y tampoco explica cómo me las apañé para enviar la carta supuestamente manipulada a 21.000 profesores junto con su nómina. Espero una rectificación. Espero sentado.
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