La boda se celebró en septiembre de 2002 y contó en su organización con la aportación del erario público madrileño: traslado de vallas a El Escorial, de técnicos municipales, cierre de la calle Velázquez (Madrid), agentes municipales de protección, etc…
Los presuntos delitos por malversación y prevaricación prescriben este verano La oposición municipal al PP en el Ayuntamiento de Madrid estudia solicitar una investigación sobre los gastos municipales que se derivaron de la boda de Ana Aznar, hija de la actual alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y del ex presidente del Gobierno, José María Aznar, con el intermediario Alejandro Agag. Los presuntos delitos por prevaricación y malversación de caudales públicos prescriben este verano, diez años después de la celebración del célebre enlace.
Ana Aznar Botella se casó con Alejandro Agag el día 5 de septiembre de 2002 en la Basílica de El Escorial, en el que fue considerado el acontecimiento social del año, como si se tratara de una boda de Estado, con la aportación millonaria de los dineros públicos. Con un rango institucional y político solo igualable a las bodas reales del príncipe Felipe de Borbón y de las infantas Elena y Cristina. A ella acudieron los reyes de España, los entonces primeros ministros de Italia, Silvio Berlusconi,-con el que Agag había intimado en su palacete lombardo de Villa di Arcore-, y del Reino Unido, Tony Blair, con el que había estado en su residencia oficial de campo en Chequers, en el condado inglés de Buckinghamshire, y que luego se convertiría en el aliado de José María Aznar en la Guerra de Irak, en la que el ex presidente del Gobierno involucró a España.
Una vajilla de 6.400 euros
A su vez, no faltaron a la cita todos los ministros del gabinete Aznar, que regalaron al matrimonio una vajilla de 6.400 euros -dicen que a escote de 400 euros por ministro-, salvo el entonces vicepresidente Rodrigo Rato, ex presidente de Bankia, que ya iba por su lado. En total, asistieron al enlace unos 1.100 invitados, aunque la capacidad del templo era para sólo 900 invitados.
Y aquí es donde comienza el presunto escándalo. Toda la organización contó con la aportación del erario público español. Se estableció por parte del Ministerio del Interior un fuerte dispositivo policial de seguridad. Así mismo, el Ayuntamiento de El Escorial puso a disposición de la familia Aznar-Agag todos sus medios disponibles, como si se tratase de un acto público.
Documentos más que comprometedores
El entonces segundo teniente de alcalde de este municipio, Alfonso Bosch -luego imputado en el Caso Gürtel acusado de recibir 250.562 euros por adjudicaciones en Boadilla, donde fue responsable de la empresa municipal del suelo, tras su paso por el Ayuntamiento de El Escorial y antes de ser diputado autonómico en la Comunidad de Madrid -, asumió el mando de las operaciones en contacto directo con Moncloa y, en concreto, con Antonio Cámara, el secretario personal de Aznar, con el que se carteaba.
En estas misivas – , con membrete oficial, que hoy reproduce Extraconfidencial.com en primicia-, le notificaba al responsable del gabinete del presidente Aznar la situación en la que se encontraba hasta el más mínimo detalle de la boda, como el aparcamiento, los autobuses de traslado de los invitados o las obras paradas para la ocasión. Como se observa en el punto 6 de la carta, también se vincula al Ayuntamiento de Madrid en la aportación de vallas para la ocasión, que se trasladarían desde la capital de España hasta el Escorial con el gasto añadido no solo en material, sino también de funcionarios.
La carta, que hoy reproduce Extraconfidencial.com, reza así en su punto sexto:
"Vallas de señalización y corte: Confirmada la recepción de 300 vallas el día 4 y su retirada el día 6, del Ayuntamiento de Madrid. Gestión realizada a través del Sr. D. Luis Molina”.
Molina fue concejal de limpieza del Ayuntamiento de Madrid, durante el mandato de José María Álvarez del Manzano, hoy presidente de la Junta Rectora de IFEMA.
En la misiva también se habla del tema de los traslados en autobuses, sobre todo, para los invitados de Alejandro Agag. Los autobuses de la boda de la hija de Ana Botella fueron puestos por José Antonio Moratiel Llerena, vinculado con las actividades del Ayuntamiento de Madrid y de El Escorial.Esta familia contribuyó a crear el Grupo Avanza en 2002 (año de la boda de Ana Aznar Botella), entonces integrando por Auto Res con las empresas familiares Vitrasa y Tuzsa, y más tarde La Sepulvedana.
De Aznar a González
También el Ayuntamiento de Madrid colaboró en la organización de la fiesta previa a la boda que se celebró en la discoteca Gabana 1800, una antigua sala de fiestas situada en la madrileña calle de Velázquez (Madrid), y muy próxima al Hotel Wellington, centro de reunión habitual de los toreros. Para ello se cortó la calle de Velázquez al tráfico hasta acabar el evento, se dejó sin coches, se adornó y se limpió más que correctamente, y se instaló una gran alfombra roja a la entrada de esta discoteca chic propiedad del empresario del Tito José Pajares San Román, íntimo amigo de Alejandro Agag y miembro del Clan de Becerril.
Tito Pajares estuvo casado con Begoña García Vaquero, hoy mujer del también empresario del ocio Pedro Trapote Sala Pachá y Joy Eslava), y hermana de la actual compañera sentimental del ex presidente del gobierno socialista Felipe González, María del Mar García Vaquero.
Todas estas atenciones especiales del Ayuntamiento de Madrid que se desplegaron en la calle Velázquez se debieron al interés tomado por otros dos viejos amigos de Alejandro, también miembros del Clan de Becerril y por entonces políticos municipales del ayuntamiento de la capital de España:Sigfrido Herráez Rodríguez y Alberto López Viejo. El primero, a la sazón concejal de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Madrid, y que meses más tarde, siendo concejal de Vivienda, otorgó un contrato público a Special Events, la empresa de Francisco Correa (jefe de los Gürtel y amigo de Agag.
Y el segundo, López Viejo, imputado en la trama Gürtel de comisiones, y por entonces concejal de Limpieza Urbana y Desarrollo Medioambiental del Ayuntamiento de Madrid, más tarde viceconsejero de Presidencia y consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid, hasta su destitución fulminante por recibir presuntos sobornos -según el auto del juez Garzón hasta 238.000 euros-, del cabecilla de los Gürtel, Francisco Correa, hoy en libertad tras pagar la fianza de 200.000 euros a través de los fondos de su anciana madre.
Correa fue testigo de la boda de Alejandro Agag y quien organizó la despedida de soltero del yerno de Aznar en la discoteca Gabana a través de su empresa Special Events, la sociedad matriz de todos los pagos y sobornos que afectan a dirigentes del PP. Precisamente, el ex jefe de gabinete de Aznar, Antonio Cámara, terminó trabajando para la red de empresa del cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa.
Ahora la oposición municipal en el Ayuntamiento de Madrid al PP maneja solicitar esta investigación sobre cómo se organizó la boda de la hija de la actual alcaldesa de Madrid, Ana Botella, antes de que los presuntos delitos puedan prescribir a los diez años. E investigar si en dicha organización intervino ilícitamente el ayuntamiento madrileño y si se utilizó el gabinete de Moncloa para organizar todala célebre boda.
Son muchos los interrogantes que se pregunta la oposición:¿Quién firmó las horas y las hojas de trabajo de los funcionarios madrileños? ¿Quién pagó esos gastos que se tuvieron? ¿Quién los aprobó? ¿Quién los fiscalizó? ¿Cómo constan en el Ayuntamiento de Madrid estas órdenes? ¿Cuántas horas extras se pagaron al personal que trabajó del Ayuntamiento de Madrid? ¿Cuántos funcionarios del Ayuntamiento de Madrid trabajaron para la boda de Agag en El Escorial los días 4 y 6 de julio de 2002? ¿Qué dietas se pagaron a los conductores de los camiones? ¿Cuánto gasoil se gastó los días 4 y 6 de julio de 2002? Se trata de averiguar el expediente de movilización de medios municipales para una boda fuera del término municipal de Madrid y si es o no una prevaricación y malversación de fondos públicos.
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