Los mineros de la marcha negra, que han recorrido más de 400 kilómetros desde el 22 de junio para llegar a Madrid en demanda de ayudas para el sector han encontrado esta noche en el entorno del intercambiador de Moncloa a miles de personas que aguardaban su llegada para proseguir hasta la Puerta del Sol, destino final de la penúltima protesta prevista en la capital.
Los aplausos se han mezclado con los gritos de apoyo de los presentes, acompañados de banderas y lemas variados en un clima de gran emotividad. Tras dejar la explanada de la sede del Ejército del Aire, la protesta ha proseguido por Princesa rumbo a Gran Vía. Esta marcha y la manifestación de mañana miércoles ante Industria son los principales actos reivindicativos programados en Madrid.
Gracias a un inesperado giro judicial de última hora, la protesta ha podido discurrir por la A-6 en contra de las pretensiones de la Delegación del Gobierno, lo que ha permitido a los manifestantes pitar al presidente Mariano Rajoy a las puertas de su residencia.
Ante el Palacio de La Moncloa, ocupando dos o tres carriles de la autovía, han alzado sus cayados al grito de: "Si esto no se arregla, guerra, guerra guerra". También han cantado su himno a Santa Bárbara, entre los pitidos de apoyo de los sufridos conductores atrapados por el corte de tráfico, que se ha prolongado hasta bien entrada la noche.
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