Cientos de manifestantes declararon ayer "culpables" al Banco de España, Ministerio de Educación, BBVA, Santander y Gobierno regional
Los indignados mantienen su ofensiva en las calles de Madrid. Centenares de personas volvieron a manifestarse ayer en una marcha que, aunque menos numerosa que las anteriores, sirvió para recordar que siguen ahí. "No podrán pararnos", advertían las pancartas. El breve recorrido entre Cibeles y Sol dio para mucho. En poca más de una hora y media los indignados tuvieron tiempo de sentar en el banquillo a cuatro organismos y grandes empresas. El Banco de España, el Ministerio de Educación, el BBVA y la sede del Gobierno regional, que no tuvieron derecho a réplica, fueron sentenciados culpables desatando los aplausos de los manifestantes.
Alicia, con una camiseta a favor de la enseñanza pública, fue la encargada de dar los veredictos ante las sedes de cada organismo. El primero, el Banco de España, que fue declarado "culpable de genocidio, de atentado contra la salud de las personas y de estafa" entre algunos otros delitos. Unos metros más arriba le tocó escuchar la sentencia al Ministerio de Educación: "Culpable por alienar nuestro pensamiento crítico, por prolongar la vida de este sistema social, por imponernos una forma de vida coartando cualquier otra idea, por hacernos creer que somos un rebaño".
En el orden del día estaba la sentencia al BBVA, pero el edificio no aparecía por ninguna parte y Sol se veía cada vez más cerca. Cuando ya estaban a punto de emitir su veredicto ante un pequeño cartel de la entidad, alguien señaló el edificio de BBVA Seguros, y allá se fueron. Los cargos no fueron menores: crímenes de lesa humanidad, expolio, conspiración y apoyo al crimen organizado. El banco fue declarado "culpable" de todos los delitos y la sentencia "del tribunal del pueblo" incluyó desde la "destrucción de todas las sedes inmobiliarias y de negocios de la entidad hasta la inhabilitación de su consejo directivo y la mutilación de un dedo a todos sus miembros para que en el futuro si alguien quiere negociar con ellos sepa a quién tiene delante". Los gritos de "culpable" llenaron la calle y al oír la sentencia otro lema brotó al instante: "¡Sin piernas, sin brazos, banqueros a pedazos!".Calle de Alcalá arriba, el edificio del Banco Santander volvió a detener la marcha. Aunque parecía que la entidad iba a librarse esta vez de las iras de los indignados, los manifestantes profirieron multitud de gritos contra su presidente, Emilio Botín.
Al último tramo de la marcha se unió más gente y la manifestación entró en Sol con casi mil personas. "Ya estamos en casa", gritaron algunos al ver la plaza. Los recibieron los últimos voluntarios que aún mantienen las tres carpas que han quedado del campamento y centenares de turistas y transeúntes. Ya bien rodeados, los indignados emitieron su último veredicto contra la sede del Gobierno regional y la presidenta, Esperanza Aguirre. "Culpables". Aguirre y sus consejeros fueron condenados a una pena de "catapultamiento" y la Real Casa de Correos a una "voladura". "Hoy son solo palabras", advirtió Alicia en tono de broma desde el micrófono, "pero algún día serán hechos". Los indignaos estallaron en aplausos al grito de "no podrán pararnos".
Una vez disuelta la manifestación la gente fue tomando asiento en el suelo para celebrar una asamblea, en la que los indignados volvieron a tropezar con su mayor problema desde que nació el Movimiento 15-M: la toma de decisiones. La asamblea se prolongó durante más de dos horas, todo un contraste con lo sucedido esa misma tarde, en la que en solo una hora media y unos cuantos metros de recorrido emitieron cuatro sentencias: "Todos culpables".
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