El Museo del Prado ha hallado en sus fondos una copia de La Gioconda de Leonardo da Vinci, un cuadro que se cree que fue pintado al mismo tiempo que el retrato original en el taller del artista florentino. Su restauración ha desvelado que es contemporánea al original y que pudo ser realizada por uno de sus discípulos: Andrea Salai o Francesco Melzi.
Hace unas semanas, Ana González Mozo, del Museo del Prado, presentó estos descubrimientos en un simposio que tuvo lugar en la National Gallery de Londres, coincidiendo con la gran exposición que la pinacoteca dedicó al gran maestro. Allí se mostró una fotografía de la copia del Prado una vez retirado el 90 por ciento de los repintes de la obra. El fondo negro del cuadro ha dejado paso a un paisaje que se aprecia con gran nitidez. Aún están siendo retirado los últimos repintes de la obra.
La principal sorpresa es que parece quedar demostrado que la obra del Prado es una copia contemporánea de Da Vinci. Comparando las imágenes infrarrojas de las obras del Prado y el Louvre, se demuestra que los dibujos adyacentes de ambas obras se iniciaron al mismo tiempo. Es posible que ambas obras se hicieran simultáneamente, en el taller del mismísimo Da Vinci. Hay quien ya se atreve a ponerle nombre a su autor.
Según «The Art Newspaper», Bruno Mottin, conservador jefe del centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia, podría ser obra de alguno de los discípulos de Leonardo. En concreto, piensa que podría tratarse de Andrea Salai (se especula con que fue su amante), que llegó al estudio del maestro en 1490, o Francesco Melzi, que se incorporó más tarde, en torno a 1506.
Con los trabajos del Prado ha quedado al descubierto el paisaje del fondo. Se aprecia con mucha mayor nitidez que en el original del Louvre, lo cual nos proporciona una información valiosísima. También son más nítidos detalles del vestido de la propia modelo. Tanto el formato como el soporte de la copia del Prado son similares a los de la obra de Da Vinci. Miguel Falomir, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa (hasta 1700) del Prado, en declaraciones a «The Art Newspaper», cree que los repintes oscuros del fondo de la obra del Prado posiblemente sean del siglo XVIII.
El día 21 de febrero 2012 la obra se presentó, ya restaurada del todo, en el Museo del Prado y, posteriormente, viajó a París, donde se exhibe en el Louvre. Después de 500 años, ambas obras volverieron a reencontrarse.
Hace unas semanas, Ana González Mozo, del Museo del Prado, presentó estos descubrimientos en un simposio que tuvo lugar en la National Gallery de Londres, coincidiendo con la gran exposición que la pinacoteca dedicó al gran maestro. Allí se mostró una fotografía de la copia del Prado una vez retirado el 90 por ciento de los repintes de la obra. El fondo negro del cuadro ha dejado paso a un paisaje que se aprecia con gran nitidez. Aún están siendo retirado los últimos repintes de la obra.
La principal sorpresa es que parece quedar demostrado que la obra del Prado es una copia contemporánea de Da Vinci. Comparando las imágenes infrarrojas de las obras del Prado y el Louvre, se demuestra que los dibujos adyacentes de ambas obras se iniciaron al mismo tiempo. Es posible que ambas obras se hicieran simultáneamente, en el taller del mismísimo Da Vinci. Hay quien ya se atreve a ponerle nombre a su autor.
Según «The Art Newspaper», Bruno Mottin, conservador jefe del centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia, podría ser obra de alguno de los discípulos de Leonardo. En concreto, piensa que podría tratarse de Andrea Salai (se especula con que fue su amante), que llegó al estudio del maestro en 1490, o Francesco Melzi, que se incorporó más tarde, en torno a 1506.
Con los trabajos del Prado ha quedado al descubierto el paisaje del fondo. Se aprecia con mucha mayor nitidez que en el original del Louvre, lo cual nos proporciona una información valiosísima. También son más nítidos detalles del vestido de la propia modelo. Tanto el formato como el soporte de la copia del Prado son similares a los de la obra de Da Vinci. Miguel Falomir, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa (hasta 1700) del Prado, en declaraciones a «The Art Newspaper», cree que los repintes oscuros del fondo de la obra del Prado posiblemente sean del siglo XVIII.
El día 21 de febrero 2012 la obra se presentó, ya restaurada del todo, en el Museo del Prado y, posteriormente, viajó a París, donde se exhibe en el Louvre. Después de 500 años, ambas obras volverieron a reencontrarse.
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