El agente madrileño asegura no estar arrepentido de intervenir en una asamblea en la Puerta del Sol
"No estoy arrepentido de lo que dije y lo seguiré diciendo". El policía local Javier Roca Sierra, expedientado por tomar la palabra durante su tiempo libre en una asamblea del Movimiento 15-Men la Puerta del Sol, sigue creyendo que, ante todo, está su derecho a la libertad de expresión. Ayer volvió a reiterarlo tras comparecer ante el instructor del expediente disciplinario por "abuso de atribuciones" por el que el Ayuntamiento de Madrid puede suspenderle de empleo y sueldo durante tres meses.
CCOO denunció que "dos furgones de tipo antidisturbios y aproximadamente 15 agentes de la Unidad Central de Seguridad (UCS)" esperaron a Javier a su llegada a las dependencias de Gestión Disciplinaria, donde acudió acompañado sólo de su mujer, un compañero de trabajo y otro de la central sindical.
"Invitar a la reflexión"
"Me cuesta creer que me haya pasado esto. No he usado mi condición para hablar mal de la Policía o para incitar a hacer algo ilegal. Mi intención era invitar a la reflexión", aseveró Javier Roca.
En el Ayuntamiento de Madrid siguen manteniendo que sólo se limitaron a "aplicar la normativa" y que la apertura de este expediente "no tiene que ver con el mensaje que transmitió el agente".
Denunciado el fiscal superior de Madrid por su discurso contra los indignados
Por otra parte, la Asociación Preeminencia del Derecho, presidida por el abogado murciano José Luis Mazón, denunció ayer ante la Fiscalía General del Estado al fiscal superior de Madrid, Manuel Moix, por las críticas que realizó al 15-M durante su discurso en el acto de apertura de los tribunales madrileños.
El escrito le atribuye una falta grave del artículo 63.12 del Estatuto Fiscal que castiga el "dirigir a los poderes, autoridades o funcionarios públicos o corporaciones oficiales felicitaciones o censuras por sus actos, invocando la condición de fiscal, o sirviéndose de esa condición".
Durante el acto de apertura del año judicial en Madrid, Moix criticó que la conducta de los indignados "exterioriza su ignorancia acerca de los valores que inspiran la convivencia democrática". Además, advirtió que la "pasividad" de las instituciones frente al 15-M las debilita. Según la asociación, Moix "al parecer espera que le sea recompensada" su "ideología ultraconservadora" en las próximas elecciones.