La nave de motores de Metro de Madrid podría convertirse en Bien de Interés Cultural, la máxima protección que contempla la legislación sobre Patrimonio Histórico. La nave situada en el barrio de Pacífico fue restaurada e inaugurada en 2008 y supone un ejemplo de patrimonio histórico industrial.
Fue en 1924 cuando Alfonso XIII inauguraba esta nave de motores de Metro de Madrid que abastecería de electricidad al Metro y también a la propia ciudad en tiempos de crisis. Estuvo en uso hasta 1972 momento en que cesó la producción de energía.
Antonio Palacios fue el autor de esta obra industrial. El arquitecto, que destaca por su excelencia, cuidó también la estética, a diferencias de las naves que se hacían en serie en otros países. Alternó el azulejo blanco biselado con la cerámica azul cobalto traída de Sevilla para las bóvedas y galerías.
Combinó materiales tradicionales como la piedra y la cerámica con otros más novedosos como el hierro y el vidrio. El resultado fueron grandes ventanales desde el suelo hasta el techo que dejaban entrar la luz a raudales.
La nave fue necesaria tras la creación del tren metropolitano y de un Madrid de 600.000 habitantes que iba creciendo cada día más. La nave alojó tres grandes motores diesel que llegaron de Suiza y se montaron aquí. Tenían la potencia necesaria para abastecer al Metro y años después, durante la guerra civil, suministró la electricidad a toda la ciudad.
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