SOY HIJA DE MADRID LO MISMO QUE FUE MI PADRE, COMO MI MADRE TAMBIEN LO ES, EN ESTA TIERRA DE ARTE DONDE SIEMPRE VIVIRE ... EL RECORRER DE SUS CALLES, LAS CUALES NO TIENEN FIN, TE HACEN SENTIR EL EMBRUJO QUE SIEMPRE GUARDA MADRID, ... Y VENGAS DE DONDE VENGAS, LLEGUES DE CUALQUIER LUGAR, TE SENTIRAS MADRILEÑO, POR LA CALLE DE ALCALA..... Y POR EL MADRID MAS VIEJO QUE PISABAN MIS ABUELAS, PASEARAS SIN DESCANSO POR SUS CALLES Y PLAZUELAS, Y BIEN SEA DE TAPEO DE ENTRESIJO Y GALLINEJA, CHOCOLATE CON BUÑUELOS, DIRAS CON LA BOCA LLENA ...¡!! QUE DESDE MADRID AL CIELO ¡!!

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viernes, 25 de febrero de 2011

Museo Sorolla

Una casa-museo con la atmósfera del siglo XIX
Al margen de la exposición de sus cuadros, la visita a las diferentes dependencias de la casa, con sus valiosas colecciones de esculturas, muebles y cerámicas, nos ayuda a descubrir el ambiente que sirvió de cobijo a este artista, conocido por sus pinturas de la playa.

El pintor

Joaquín Sorolla y Bastida nace en 1863 en Valencia. En esa ciudad comienza a recibir una formación académica y a entrar en contacto con algunos pintores que le animan a pintar al aire libre. Sin haber cumplido 20 años Sorolla se traslada a Madrid y descubre en el Museo del Prado, la pintura de Velázquez, cuya manera de representar los fondos y las composiciones determinará muchas de sus obras posteriores. Pocos años más tarde el pintor se traslada a Roma y luego a París, donde conoce el peculiar tratamiento de la luz que hacen algunos pintores nórdicos y en el que basará su propia versión del luminismo.

En 1900 su paleta se ha hecho más brillante y la luz es el elemento compositivo fundamental de sus obras. Sus retratos y sus pinturas costumbristas alcanzan enorme popularidad entre la burguesía madrileña. Pronto su éxito supera las fronteras y expone en varias ciudades de Europa y Estados Unidos. En 1911 firma un contrato con The Hispanic Society of America para hacer un mural de proporciones gigantescas sobre las provincias de España.

En 1920 Sorolla sufre un ataque de hemiplejía que le paraliza el lado izquierdo. Durante más de tres años su familia intenta su recuperación pero el pintor va languideciendo hasta el 10 de agosto de 1923, día en el que fallece en Cercedilla (Madrid).

 

La casa del pintor y el lugar de trabajo


En 1905 Sorolla había comprado un solar en el Paseo del Obelisco, actual Paseo del General Martínez Campos y cuando, cuatro años más tarde, regresa de Estados Unidos encarga a Enrique María de Repullés y Vargas el proyecto de construcción. Así, se diseñaría un edificio de corte clásico, con la personal participación del pintor, que hizo cambiar varias veces el proyecto para dotarlo de carácter andalucista.
En la planta baja del edificio se sitúan las salas I, II y III, tres habitaciones encadenadas que el pintor usó como estudios. La primera de ellas fue utilizada como almacén, donde se preparaban bastidores, telas y marcos y hoy en día acoge, entre otras obras, retratos de la esposa e hijos de Sorolla. Además en unas vitrinas centrales, se recogen catálogos de exposiciones, condecoraciones y material bibliográfico sobre el pintor valenciano.
La siguiente sala fue el despacho o sala de exposiciones, donde  podían verse colgadas en las paredes, las pinturas que estaban a la venta.
Más adelante se encuentra la tercera sala, el estudio donde trabajaba el artista. Sorolla buscó en él un ambiente bohemio y muy recargado, con la totalidad de las paredes llenas de cuadros, muebles, objetos de decoración, paletas con pinturas... Numerosos puntos de iluminación natural, como el lucernario y otros ventanales, otorgan a este espacio la luz tan presente en la obra del pintor. Aquí pintaba, principalmente retratos. Como aún hoy se puede apreciar, el artista tenía en esta sala varios caballetes con obras a media ejecución que iba terminando poco a poco, dependiendo de su inspiración. Sorolla solía pasar los inviernos en Madrid y los veranos en las playas valencianas. La manera de pintar cambiaba radicalmente dependiendo de si lo hacía en un interior, como este estudio, donde la minuciosidad era mayor o en un exterior, como en las playas, donde primaba la rapidez de la ejecución.

Frente a estas tres salas se ubica la zona social de la casa. El salón, con amplios ventanales, conserva el mobiliario de la época, como una valiosísima lámpara de tulipas amarillas de la casa Tiffany.
Contigua a esta sala está el pasillo al comedor, con una colección de pilas de agua bendita de los siglos XVI al XIX. En la salita antecomedor Sorolla quiso rememorar las habitaciones de Felipe II en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Las sillas castellanas, las piezas de cerámica, las pinturas, una escultura de la hija del pintor y los dibujos de esta dependencia dan paso a un comedor con suelo y paramentos de mármol.
Esta casa fue durante la vida del pintor todo un museo lleno de obras de arte de incalculable valor. En el comedor llaman la atención un tondo con una reproducción de la Madonna Pitti de Miguel Ángel, la mesa con relieves, los candelabros antiguos y algunos objetos cerámicos de los siglos XVIII y XIX.

La exposición

La escalera principal nos lleva a la segunda planta. Lo que en su día fue la zona más doméstica de la casa, con las habitaciones de la familia, fue transformada para acondicionarla como zona de exposiciones. En estas salas se muestra la evolución artística del pintor.

Así, en la primera de ellas encontramos obras de su etapa de formación (1876-1889) y otras de hasta 1909, dentro de su periodo de culminación (1900-1911).  Retratos familiares, la conocida Moro con naranjas --ejecutada durante su pensión en Italia--, obras costumbristas y otras de temática playera realizadas en las costas de Valencia y Biarritz son algunas de las imágenes que aquí se exponen.

La sala V se dedica a la obra comprendida entre los años 1909 y 1911. Encontramos en ella imágenes del Alcázar de Sevilla, la Alambra de Granada, Sierra Nevada o la Catedral de Burgos. En esta habitación llama la atención La siesta, en la que la mujer, las hijas de Sorolla y una prima de éstas aparecen descansando en una verde pradera. Sus largas pinceladas y los grandes empastes en las zonas que quiere destacar representan la forma de pintar más característica y moderna del artista.

En la sala VI encontramos algunos de los estudios preparatorios que Sorolla realizó para la decoración de The Hispanic Society of America sobre las Provincias de España. Sorolla realizó más de 200 metros de pintura con imágenes de diferentes regiones españolas como Galicia, las dos Castillas, Extremadura o Navarra. Todos presentan, mediante una pincelada muy suelta, una gran fuerza expresiva. Muchas veces están sin concluir y presentan chorretones al tratarse de una obra preparatoria y no definitiva.
La última sala de esta segunda planta, la VII, recoge obras que, al margen de la decoración de 'The Hispanic Society of America' hizo entre 1914 y 1919. Aquí se nos presentan escenas del rompeolas de San Sebastián y un retrato de su hijo con una composición muy natural. Más imágenes de Granada y el retrato de Raquel Meller, famosa tonadillera que popularizó La violetera, completan esta sala.


Los jardines

Concluida la visita al interior de la casa, es preciso detenerse en los jardines de la parte anterior de la casa, tres zonas diferentes en las que intentó reconstruir algunos de los rincones que habían servido de inspiración a sus obras.

El primero de estos espacios, que recuerda El jardín de Troya de los Reales Alcázares de Sevilla, está concebido como un patio andaluz y cuenta con esculturas, capiteles, escudos y un bajorrelieve. Dos columnas coronadas por sendas esculturas (Desnudo femenino y El gaitero) dan paso a un segundo jardín, inspirado en el Patio de la Acequia del Generalife y plantado entre los años 1915 y 1916. Los elementos granadinos, como los arrayanes, conviven con elementos de la jardinería italiana, como el togado romano del fondo y las columnas reaprovechadas de edificios históricos.
Elementos dispares también conviven en el tercer jardín: una pérgola de origen italiano y una alberca sevillana enmarcan las figuras alegóricas de ‘La fuente de las confidencias'.

En la parte posterior de la casa el Patio Andaluz es un pequeño recinto organizado en torno a una fuente de azulejería y en cuyas galerías colocó el pintor su colección de cerámica.

DATOS DE INTERÉS
Museo Sorolla
Dirección
: General Martínez Campos, 37

Metro: Iglesia, Rubén Darío (L5, L10)
Autobuses: 3, 5, 7, 16,40, 61, 147
Teléfono: (+34) 91 310 15 84
Horarios:
De martes a sábados de 9:30 a 20:00 horas. Domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas. El Museo cierra todos los lunes del año, 1 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre. 
Precios:* 2,40 €  (Entrada gratuita los domingos)
Página oficial del Museo Sorolla 

esmadrid.com




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