Un recorrido por los cafés literarios de la capital del S. XIX y XX. En sus mesas se sentaron los más ilustres y reconocidos escritores de otros tiempos para inspirarse ante el aroma de un café.
Por el café Gijón pasaron las mejores plumas del país como Baroja, Benavente o Cela, que se inspiró en ete lugar para escribir “La Colmena”. Otro de los referentes de este tiempo, es El Comercial que es el más antiguo -fundado en 1887- y fue el primero en emplear camareras.
Algunos cafés se han ido adaptando a los nuevos tiempos como el Café de Oriente o la cafetería del Círculo de Bellas Artes por donde pasan numerosos artistas. Por su parte, el Café del Príncipe se ha transformado en un pub irlandés llamado El Parnasillo, en honor a la tertulia que allí congregaba a los escritores del romanticismo.
Otros -sencillamente- han desaparecido, como El Café de Pombo, que tuvo a Gómez de la Serna como animador o el Café de la Montaña donde Valle Inclán perdió su brazo. (Vídeo: Youtube, de Telemadrid).