Coincidiendo con los 450 años del nacimiento de Lope de Vega, la Comunidad de Madrid ha diseñado un fin de semana de actividades en la Casa Museo que lleva su nombre, centradas en la figura del literato del Siglo de Oro español con visitas y conferencias gratuitas.
Durante los próximos días 24 y 25 de noviembre, desde las 10 de la mañana y hasta las tres de la tarde, las visitas guiadas a la Casa Museo tendrán un invitado muy especial.
El personaje de Lope hará las veces de anfitrión de honor para mostrar a los visitantes la que fue su casa durante 25 años.
En 1935, coincidiendo con el tercer centenario del escritor, la casa donde Lope de Vega vivió sus últimos 25 años se declaró Monumento Histórico Artístico y se abrió al público como casa museo.
El inventario del testamento de Lope de Vega de 1627, el legado de su hija Antonia Clara de 1664 y la documentación histórica sobre la finca fueron las referencias que se utilizaron para dotar al museo de objetos personales, obras de arte, mobiliario, enseres y ediciones bibliográficas vinculadas al literato y su tiempo.
Dichos objetos se incorporaron a través de depósitos, especialmente del Convento de las Religiosas Trinitarias, la Fundación García Cabrejo, el Museo Nacional del Prado, el Museo Arqueológico Nacional o el Instituto Valencia de Don Juan, además de donaciones y compras.
Esta recreación de ambientes tuvo como objetivo que se respirara la presencia de Lope, acercar a la intimidad del artista y evocar la vida cotidiana del Siglo de Oro.
En el proyecto participaron intelectuales de la talla de Manuel Gómez Moreno, Francisco Javier Sánchez Cantón, Américo Castro, Agustín González de Amezúa o Ramón Menéndez Pidal.
“Mi casilla, mi quietud, mi güertecillo y estudio". Así definió su casa Félix Lope de Vega en una carta dirigida a un amigo. En el recorrido por las tres plantas de la casa puede verse ese jardín que Lope llamaba “mi güertecillo” y que hoy es un oasis de paz en pleno centro de la ciudad; el oratorio donde el escritor, tras ser ordenado sacerdote, celebraba misa diaria; su estudio; el estrado; la cocina; las alcobas y el cuarto de los huéspedes.