SOY HIJA DE MADRID LO MISMO QUE FUE MI PADRE, COMO MI MADRE TAMBIEN LO ES, EN ESTA TIERRA DE ARTE DONDE SIEMPRE VIVIRE ... EL RECORRER DE SUS CALLES, LAS CUALES NO TIENEN FIN, TE HACEN SENTIR EL EMBRUJO QUE SIEMPRE GUARDA MADRID, ... Y VENGAS DE DONDE VENGAS, LLEGUES DE CUALQUIER LUGAR, TE SENTIRAS MADRILEÑO, POR LA CALLE DE ALCALA..... Y POR EL MADRID MAS VIEJO QUE PISABAN MIS ABUELAS, PASEARAS SIN DESCANSO POR SUS CALLES Y PLAZUELAS, Y BIEN SEA DE TAPEO DE ENTRESIJO Y GALLINEJA, CHOCOLATE CON BUÑUELOS, DIRAS CON LA BOCA LLENA ...¡!! QUE DESDE MADRID AL CIELO ¡!!

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martes, 8 de mayo de 2012

La resistencia ante los desahucios, el gran orgullo del #15M


En un año el 15-M y la PAH han parado decenas de desalojos, unos 70 en Madrid

Los indignados ayudan a los afectados y les piden que se sumen a la lucha


Cuando vio que a su abuelo se le echaba el desahucio encima, Jonatan Torres, de 24 años, no fue a pedir ayuda a un organismo público o a servicios sociales. Ni siquiera a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Se presentó ante la asamblea 15-M de su barrio, Carabanchel (una de las más activas), y les contó su problema. Allí se solidarizaron con él, le informaron, le pusieron en contacto con la PAH y le ofrecieron acompañamiento en un proceso cuyos detalles ignoran muchos afectados, que tampoco tienen dinero para pagar a quien les asesore. Asistir a una de las reuniones en las que miembros de estas asambleas atienden a afectados con el alma vilo, abre un interrogante: ¿qué ha pasado para que la única puerta (además de la de la PAH) en la que estas personas acaban encontrando información a su alcance y acompañamiento sea esta?

El nacimiento del 15-M y de la rama madrileña de la PAH (la catalana le saca meses de ventaja) sucedió con pocos días de diferencia. Y el flechazo fue instantáneo. Los indignados encontraron en los afectados una causa con la que materializar su apoyo a quienes consideran víctimas de la crisis, dejadas de lado por un Gobierno que sí destina dinero público al rescate de las entidades financieras. Y los afectados encontraron en los indignados apoyo moral y físico para frenar sus desalojos. “Sin ellos habría sido imposible”, dice Tatyana Roevo, de la PAH, cuyo desalojo fue el primero que se frenó en Madrid.

Ha pasado un año desde que los indignados empezaran a prestar su apoyo a los afectados y —al menos en las asambleas más activas— han ido aprendiendo de la experiencia. Entre otras cosas, han tomado nota de una cosa: no hay mejor activista y consejero que quien ha pasado por lo mismo. Por eso intentan que las personas a quienes ayudan se sumen y sigan asesorando a quienes llegan detrás.
En Carabanchel el objetivo se está cumpliendo. Varios afectados asesoran ahora a los nuevos que van llegando. Y uno de los casos más simbólicos es el de Marceline Rosero, de 45 años, muy activa desde que encontrara en esta asamblea el apoyo que no halló en otra parte.
Rosero va en silla de ruedas porque siendo una niña sufrió la polio. Pero eso no impidió que hace 18 años se viniera a España. Atrás quedaban su marido y sus dos hijos, muy pequeños. Sufrió mucho. Sin papeles y con una discapacidad, no había forma de que encontrara empleo. Malvivió y pasó hambre. Pero poco a poco, y con ayuda de los primeros amigos, fue saliendo de la pobreza extrema, logró dejar atrás una depresión y fue sacando cabeza.
En 2006, con sus dos hijos mayores ya en España y un tercero (de una nueva pareja) recién nacido, se compró un piso para tener intimidad junto a sus hijos y dejar de compartir piso. Se compró un bajo en Pan Bendito con dos habitaciones y muchas humedades. Pidió una hipoteca que dejó de pagar cuando se quedó en paro, hace ya meses. En octubre le llegó la primera orden de desahucio y se desesperó. A través de Internet dio con la PAH, quienes le pusieron en contacto con la asamblea 15-M de Carabanchel. Hace unos meses, tras exponer su situación en varios medios de comunicación, su banco le ofreció un alquiler social (la familia sobrevive con los 340 euros de ayuda pública que ingresa). A cambio le pidieron que no los nombrara en los medios.
Rosero no diferencia entre la PAH y el 15-M. Para ella es lo mismo: personas que sin conocerla la ayudaron y la abrazaron cuando lloró. Un día preguntó a dos de las personas del barrio que más le estaban apoyando '¿Pero vosotros tenéis hipoteca?' “No', me dijeron. Y yo no entendía”, explica. “¿Lo hacen porque les pagan? ¿Para ponerse una medallita? No, porque quieren ayudar y no soportan las injusticias. Y si ellos se implican, ¿cómo no me voy a implicar yo?”. Ella es ahora una asidua en los desahucios y ayuda a otros afectados desde la asamblea de Carabanchel. “Veo a tanta gente que llega como llegué yo. Me doy cuenta de que no saben ni por dónde empezar. Ayudarles me hace bien. Es como tener un millón de amigos de los buenos”.

La lucha por una plaza simbólica

Un año después de la ocupación que articuló las protestas, ni los indignados ni el Gobierno renuncian al control de un espacio cargado de mensaje












La acampada de Sol reunió hace un año a miles de personas atraídas por el movimiento indignado. / SAMUEL SÁNCHEZ

Al principio le cuesta recordar dónde estaba cada cosa, pero luego Andrés empieza a hacer memoria: “En la fuente montamos un huerto, y donde está Bob Esponja [señala a un actor que se pasea disfrazado al otro extremo de la Puerta del Sol] había unas casetas”. Hace un año, Andrés Vázquez fue uno de los fijos en la sede de los indignados. Grababa vídeos explicando cómo funcionaba la acampada y los subía a Internet. Unos días antes de que el Movimiento 15-M se concentre para festejar su aniversario, su vínculo con la plaza no se ha roto. “Es un símbolo, una referencia”, cuenta. “La casilla de salida del juego”.

La Puerta del Sol ha adquirido un peso incontestable como símbolo. No se conoce aún cuál será el alcance del movimiento indignado, pero sí parece indiscutible que, cuando el siguiente 15 de octubre ciudades de 82 países se manifestaron según el ejemplo madrileño, Sol pasó a ser la gran exportación española de comienzos de siglo.


“El 15-M hizo de la Puerta del Sol un monumento”, coincide Jorge Lozano, catedrático de Semiótica de la Complutense. En su opinión, el kilómetro cero se convirtió con la acampada en un punto que “irradiaba pasiones no lexicalizadas” hacia el mundo. Un capital valiosísimo. Tanto que los indignados decididos a recuperar su patria sentimental— y las autoridades —insistentes en que no permitirán una ocupación del espacio más allá de la autorizada por Delegación de Gobierno (una manifestación de cinco horas el día 12, y tres de 10, los días 13, 14 y 15)— están dispuestos a disputarse, a brazo partido, el control de la plaza.
Un miembro de la comisión de análisis del 15-M explica que su movimiento “va mucho más allá de la plaza, pero que es cierto que los colectivos necesitan liturgias”. “Nosotros creamos un mito, un lugar en el que se concretaba una idea de pertenencia política distinta a los movimientos existentes, y el Gobierno ha querido responder con otro mito, el del macrocentro económico y turístico de Madrid. Esto nos sitúa en una lucha simbólica”. Un Sol contestatario contra otro de tiendas: el de la parada de metro con nombre de marca de teléfono.
¿Hasta qué punto necesitan los indignados la plaza para sobrevivir? “Si ahora nos impidieran ir a Sol, seguiríamos adelante”, contesta el quincemayista, “y si la hubieran cerrado habrían hecho más visible la confrontación”. En esta batalla de la imagen, los indignados parecen haber tomado ventaja, haciendo aparecer a la Delegación de Gobierno como una institución obsesionada por el control de la plaza. “Yo no tengo fijación con Sol”, contesta la delegada, Cristina Cifuentes. “Este año han pasado 120 manifestaciones por allí, y solo planteamos cambiar el itinerario de una porque confluían tres”, cuenta. “No queremos blindar la plaza, pero todos los ciudadanos tienen derecho a utilizarla, y no puede ser patrimonio de un colectivo”.
Félix Ortega, catedrático de Sociología de la Complutense de Madrid y especialista en espacio público, considera que Sol está demasiado ligada a la historia de Madrid como para que su imagen quede marcada para siempre. “La mayoría de los ciudadanos ya no la identifican tanto con lo que pasó hace un año, pero el 15-M sí tiene una comprensible fijación con ella”, cuenta. Ortega coincide en que el espacio tuvo una función ritual y de relación que los indignados quieren revivir, “pero eso ya es irrecuperable”. “Volver al plan de recuperar el espacio se explica por la necesidad de desarrollar un proyecto de realizarse en comunidad y porque necesitan visibilidad, como muchos grupos nacidos en Internet”.

Efectos económicos

Puede ser un bonito problema académico, pero el asunto preocupa a colectivos ajenos a las aulas. La Confederación de Comercio de Madrid se declaró ayer contra la autorización de concentraciones. El sector turístico tampoco la aplaude. El problema es complejo: en la Islandia posbancarrota subieron los visitantes; en Egipto cayeron. ¿Qué influencia tienen las acampadas en las visitas a Madrid? Estudios de operadores turísticos aseguran que lo de Islandia es más bien la excepción y que las protestas no favorecen al turismo. En una cumbre sobre el tema, Mounir Fakhry Abdel-Nour, ministro de Turismo egipcio, se lo explicaba a la periodista Cristina Delgado: “Los turistas no buscan revolución. Puede que algunos tengan alguna impresión positiva, pero las cifras no mienten: buscaban tranquilidad y diversión, no revolución”.
En su paseo por Sol, a Andrés lo acompaña José Simonet, amigo gaditano de visita que está a punto de marcharse becado a EE UU porque no encuentra oportunidades en casa. Simpatizante del 15-M, José se para ante el reloj y lo señala: “Si eres de fuera de Madrid, antes pasabas por aquí y se te venían a la cabeza las campanadas de Nochevieja. Ahora es otra cosa”

3D Madrid in Google Earth

GRAN TURISMO 5 MADRID GAMESCOM GAMEPLAY

MADRID protagonista en un juego simula una casi idéntica ciudad!!