Esperanza, aprende matemáticas. No queremos que repitas, pedían los más jóvenes de la cabecera en uno de sus carteles.
La educación no es gasto ni privilegio es un derecho, señalaba otro. La mayoría de los participantes llevaban la camiseta verde "por una educación pública de todos y para todos" que se ha convertido en el símbolo de la oleada de protestas madrileñas. La
marcha verde, como se identifican en las redes sociales desde que iniciaron las movilizaciones por los recortes, comenzó después de que una profesora fuera expulsada de un centro concertado por llevar esa misma camiseta durante la celebración de las pruebas de Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI), con las que el Gobierno de Aguirre examina a los alumnos de 6º de Primaria y 3º de la ESO.
Padres, profesores y alumnos compartieron recorrido con representantes de los cinco sindicatos convocantes (CC OO, ANPE, CSIF, UGT y STEM) y el coordinador general de IU, Cayo Lara, que acusó a la presidenta regional Esperanza Aguirre de "atacar al empleo y a la educación pública". Representantes sindicales y un interino reclamaron apoyos desde un escenario situado junto a la estación de metro de Sevilla. "Este no será el último día, es el primero de muchos" de protesta, señaló Francisco García (CC OO).
"Esperanza, mueve ficha, nosotros ya la hemos movido", añadió también a gritos Eduardo Sabina, representante de UGT. Los recortes "impiden la atención que todos los alumnos merecen", prosiguió desde el estrado Miguel Ángel Sánchez, un interino que hoy se queda sin trabajo.
Al fondo de la marcha, en la fuente de Cibeles, una madre lanza su propio mensaje. "No voy a permitir que nadie merme la educación de mis hijos", dice Lola Tamayo, de 52 años. Muchos de los participantes llevaban carteles para
resaltar su condición de madre, padre, profesor o alumno, después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, señalara que en
la concentración del pasado miércoles había principalmente liberados sindicales.
Algunos de los participantes aprovecharon la convocatoria para recoger firmas con las que reclamar la retirada de las instrucciones de inicio de curso que han aumentado las horas lectivas en secundaria. Las llevarán a la Asamblea de Madrid el 23 de septiembre, día en el que la consejera de Educación, Lucía Figar, comparecerá a petición propia para ofrecer datos del inicio de curso.
Antes de esa comparecencia hay previstas dos jornadas de huelga los días 20 y 21 de septiembre en los institutos de la región. El calendario surgió como camino intermedio entre lo que habían pedido los profesores en un cuestionario que los sindicatos enviaron a los centros y lo que finalmente decidieron las centrales. Los docentes solicitaron con sus votos tres días de huelga de martes a jueves y los sindicatos acordaron después recortar esa petición a dos días y organizar movilizaciones el 22 de septiembre. Esa previsión puede volver a cambiar en los próximos días. Por un lado, Comisiones Obreras anunció ayer que votará en una asamblea de afiliados si mantiene la convocatoria del 22 de septiembre "en coherencia con el planteamiento inicial".
Otros sindicatos minoritarios (CGT, CNT y Solidaridad Obrera) repartieron ayer octavillas en los centros de secundaria para convocar una asamblea el 15 de septiembre en la que intentarán ampliar la huelga más días.
"Merecemos una educación mejor"
José Manuel de la Sierra (17 años) estudia en un instituto del centro. "He venido a manifestarme porque me parece injusto que los profesores no puedan dar una enseñanza de calidad", explica en mitad de la marcha. "Merecemos una educación mejor", reflexiona. De la Sierra encabezó ayer con otros estudiantes la cabecera de la manifestación en Neptuno.
"No consultaron a los directores"
Raúl González García (45 años) es director del instituto Ana María Matute, en Velilla de San Antonio, desde hace cinco años. Protesta porque las nuevas instrucciones de inicio de curso se aprobaron sin consenso. "Ha habido una gran falta de sensibilidad, no nos han consultado ni a los directores ni a los centros", asegura González. Su centro ha perdido cinco profesores este curso con el aumento de 18 a 20 horas lectivas y el ajuste de plantillas. Denuncia la "confusión" que han vivido para cuadrar los horarios por el cambio de criterio en las tutorías, que Educación quiso eliminar en julio. "Cada centro lo ha aplicado a su manera". Pide un esfuerzo a los políticos: "Los dos grandes partidos acordaron en 15 días una reforma de la Constitución y llevan toda la democracia sin ponerse de acuerdo para una buena ley educativa.
"Soy interino, mañana voy al paro"
José Manuel Plaza "(31 años) lleva tres años de interinaje en la enseñanza pública. Este año se ha quedado sin plaza. Hace cuentas mientras sujeta la pancarta. "Vivía fuera de casa con otra compañera, ahora no puedo pagar ni Internet. Tendré que volver a casa de mis padres", se lamenta entre el gentío. "Lo único que nos queda es la pelea"
"Nos preocupa el desánimo de los profesores"
Almudena Santos y Paloma Rodríguez tienen a sus hijos estudiando secundaria. "Nos preocupa el desánimo de los profesores, no se valora el trabajo que hacen", dice Santos. "Todos trabajan fuera del horario escolar y hacen grandes esfuerzos por nuestros chicos", apostilla. Sus hijos mayores estudian 2º de Bachillerato este curso. Les preocupa que se enfrenten a Selectividad "compitiendo con alumnos sin recortes de la concertada y la privada". Ambas apoyan las huelgas. "A corto plazo mis hijos se verán afectados, pero a largo plazo es por su bien", resume Rodríguez
"No queremos pagar por la educación"
- Las hermanas
Marta e
Inés. Estudiante y profesora en paro. Participan en la manifestación con varias ideas claras. "No queremos que nuestros padres paguen por la educación", dice Inés, la pequeña, que cursa 3º de ESO en un centro público. Llevan pancartas y textos escritos en la piel. "Yo voy a la pública", se lee en el cuello de la estudiante. A ambas les preocupa su futuro en las aulas. Marta, de 14 años, cree que "se va a privatizar la educación en Madrid". "Yo no quiero que mis padres paguen por mis estudios". Su hermana mayor, Inés (24 años), es una maestra en paro. Espera la próxima convocatoria de oposiciones sin mucha esperanza. Hay 20.478 solicitudes para 489 plazas. Aún no se ha hecho pública la fecha de la convocatoria. A Inés le quedan cuatro meses de paro. "Si no encuentro trabajo, volveré a vivir con mis padres".
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