Conforman todo un movimiento de ciber-rastreadores que se pasan el día buscando en la red eventos y promociones que sean gratuitas. Tienen multitud de páginas en las que comparten información: comerporlapatilla.com; sindinero.org; madridgratis.net; comoahorrar.es. Todas estas webs tienen en común ofrecer alternativas baratas o gratuitas de consumo responsable.
“En otros países a la gente no le da vergüenza utilizar servicios o realizar actividades gratuitas. En España sí, aunque va cambiando poco a poco la mentalidad y más en los tiempos que corren”, explica José Antonio González, creador de la web madridgratis.net.
José Antonio creo el concepto de gratuitero: “un gratuitero no es un gorrón sino una persona que brujulea en busca de ofertas. Utiliza su inteligencia y sus recursos para gastar mejor el dinero que tiene”.
Este gratuitero conoce al dedillo las actividades free de su ciudad, Madrid, y las publica para compartirlas con los seguidores de la página: “Vas a una presentación o a una inauguración donde te dan un aperitivo o un libro, conoces gente y lo pasas bien sin gastar nada. Quizás te regalan algo pero en otra ocasión lo vas a comprar porque ya lo has probado gratis y sabes que te interesa”.
Las empresas también ven en las promociones una oportunidad de negocio. En la emblemática firma de cafés La Mexicana hacen periódicamente degustaciones de café gratuitas: “se ofrece al cliente un vasito de café para que lo pruebe. No hay ninguna obligación de comprar pero muchos se animan porque lo han probado y les gusta”, cuenta Maribel, una de las dependientas de uno de los establecimientos de La Mexicana en Madrid.
También FNAC, la tienda de libros, música, electrónica y ocio en general ha hecho de las promociones gratuitas una de sus señas de identidad: “Aquí hay muchos “habituales”, clientes que vienen a leer o a escuchar música y pasan muchas horas en las tienda. A veces compran y otras muchas veces no pero son como de la casa. Saben nuestros nombres, nosotros el suyo y se establece una relación con ellos. Son grandes lectores. Se leen libros enteros y hasta colecciones completas”, explica Ramón, uno de los libreros del local.
Algunas firmas relacionadas con la belleza también ven en las promociones gratuitas, una manera de ganar más clientes: “Hay de todo. Gente que viene para que las maquilles gratis y después de se van. Unas veces compran y otras no. Por lo general acaban comprando algo porque se ven tan guapas que el resultado les convence. Es parte de nuestro trabajo”, explica Maite Tuset, una de las maquilladoras más experimentadas de M.A.C, la casa de maquillaje que ha convertido las pruebas gratuitas a sus potenciales clientas en uno de los rasgos más específicos de la casa.
En las academias de peluquería también se invita a las clientas a sentirse bellas por muy poco dinero. En algunas academias de Llongueras realizan el corte de pelo gratis, siempre y cuando el cliente se haga algún otro servicio: “te lo cortamos gratis y te peinamos por menos de cuatro euros y medio, el precio es casi simbólico”, cuenta una de las profesoras de peluquería de esta academia de Getafe, en Madrid.
Vivir, casi, gratis en tiempos de crisis es el sueño de muchos que, con un poco de trabajo de campo puede llegar a hacerse realidad.