La expresión popular completa es «De Madrid al cielo, y en el cielo, un agujerito para verlo». La frase se hizo popular a finales del siglo XVIII a raíz de las mejoras introducidas por Carlos III que embellecieron la ciudad y que significa que aunque uno muera, necesita el "agujerito" para seguir viendo y disfrutando de la Villa y Corte. Aunque hay quien afirma que la frase la dijo la beata María Ana de Jesús, lo cierto es que lo más probable es que su autor fuera el entremesista Luis Quiñones de Benavente en su obra Baile del invierno y el verano, cuyo cuarto verso dice:
«Pues el invierno y verano
En Madrid sólo son buenos
Desde la cuna a Madrid
Y desde Madrid al cielo»