La mayoría de vecinos que deben hacer obras tras una ITE desfavorable tienen problemas para pagarlas: en 2013 deben pasarla más de 5.000 edificios.
Los administradores de fincas critican que los ayuntamientos son ahora más estrictos: "Por un desconchón en la fachada te obligan a arreglarla entera".
La morosidad y la crisis de los hogares dificulta el pago de los arreglos en azoteas, tuberías y fachadas, que pueden costar decenas de miles de euros.
Las comunidades de propietarios están agobiadas con el pago mensual de las cuotas de la escalera. Además, una de cada cuatro están enzarzadas en pleitos para cobrar a los vecinos morosos. Pero cuando creen que nada puede ir a peor, llega otra sorpresa aún más desagradable: la Inspección Técnica de Edificios (ITE). Miles de vecinos de la región se están viendo desbordados por las dificultades para pagar las obras en sus edificios, después de recibir un dictamen desfavorable de los inspectores municipales. En estos casos, las derramas pueden costar decenas de miles de euros, unas cifras inasumibles en el actual contexto de crisis de las economías domésticas, según advierten administradores de fincas, arquitectos, profesionales de empresas de reformas y los propios vecinos afectados.
Los propietarios de los edificios que tienen una antigüedad superior a 30 años tienen la obligación de someterse a la ITE una vez cada diez años. En 2013, deben pasar este examen más de 5.400 edificios solo en la capital, según datos del área municipal de Urbanismo. Cada ayuntamiento se encarga (mediante sus técnicos municipales o contratando a empresas especializadas) de visitar las fincas que han alcanzado el plazo y las revisan a fondo para detectar fallos en la estructura, las fachadas, las cubiertas o azoteas, las redes de fontanería y los elementos de accesibilidad (ascensores o rampas para minusválidos). Si el estado del edificio no reúne las condiciones, los inspectores emiten un informe desfavorable y los propietarios tienen la obligación de realizar obras para subsanar las deficiencias.
Los expertos consideran que los ayuntamientos están aprovechando las inspecciones de edificios para exprimir a las comunidades de vecinos y aumentar la recaudación. "Los ayuntamientos, y principalmente el de Madrid, se están poniendo muy estrictos en el cumplimiento de las ITE. Miran con lupa cualquier defecto para hinchar el informe desfavorable, ya que cuanto mayor sea la obra, más se va a recaudar a través de las licencias de obra y las tasas", explica Enrique Fernández, asesor de Arquitectura del Colegio de Administradores de Fincas. Según su experiencia, "están teniendo muchos problemas para pagar las derramas en el centro de Madrid, ya que allí los edificios son muy antiguos, tienen más deficiencias y sus habitantes son personas mayores, a las que no les llega la pensión", asegura Fernández.
"Los inspectores se centran ahora en los detalles más que antes. Cosas que antes se pasaban por alto, ahora se están incluyendo en los informes e incluso llegan inspecciones desfavorables por cuestiones de estética, como un simple desconchón en la fachada"
"He tenido casos en los que te obligan a pintar o limpiar toda la fachada por una pequeña mancha, o a cambiar todos los balcones cuando solo hay uno con problemas. Antes solo se fijaban en la seguridad, pero ahora han incluido el criterio estético", critica Fernández. En efecto, la ordenanza de Conservación, Rehabilitación y Estado Ruinoso de las Edificaciones (en vigor desde diciembre de 2011) incluyó en su articulado la obligación de que los inmuebles guardaran la estética, un criterio que hasta el momento no se especificaba. Según el artículo 19 de dicha normativa, "las actas de inspección técnica deberán contener toda la información relativa a las condiciones mínimas de seguridad, salubridad, accesibilidad, ornato público y decoro". Además, el artículo 7 obliga a los propietarios a conservar sus fachadas para que "no afecte a la imagen urbana, por lo que se deberá mantener adecentada". El coste de estas reformas varía en función del tamaño de la finca y del volumen de desperfectos, "pero puede llegar fácilmente a ser de decenas de miles de euros", según Greciano. Incluso, si se detectan fallos estructurales (grietas, cimientos o defectos en las vigas) la factura se eleva "hasta los cientos de miles de euros". Por ello, teniendo en cuenta la crisis de los hogares, desde la Federación de Asociaciones de Vecinos (Fravm) exigen al Ayuntamiento "que sea más flexible en la aplicación de la normativa y conceda más subvenciones para realizar las obras".
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